El cantante e interprete de rap Eminen celebra sus 10 años sin consumir ningún tipo de drogas.
Eminen publicó el pasado 23 abril 2018
una foto con la que decía celebrar sus 10 años alejado de las drogas acompañado
con una chapa en la cual ponía: servicio, recuperación y unidad. Un anuncio que alegra a sus seguidores pero no les
sorprende, ya que el cantante de 45 años no ha ocultado que fue adicto a sus
sustancias como el Vicodin, el Valium o la metadona. De hecho, en 2007 el
rapero sufrió una sobredosis de metadona que estuvo a punto de acabar con
su vida, como el mismo contó en una entrevista años después. "Mi
médico", manifestó entonces, "me dijo que la cantidad de metadona que
había tomado equivalía a unos cuatro paquetitos de heroína". Después de
encontrarse en esta situación límite decidió que lo mejor que podía hacer era ir
a rehabilitación. Tres años después, en 2010, en una entrevista con el diario
estadounidense The New York Times Eminem confesó:
“Solía tomar pastillas siempre que podía. Tomaba todo lo que me daban”. A
diario consumía unos 20 de analgésicos, pastillas para dormir y tranquilizantes.
"Eran tantas que ya no sabía qué había tomado", declaró el rapero a
una revista.
Durante mucho tiempo se negó a reconocer que era adicto. "Nunca
entendí que la adicción podía ser un problema en nuestra familia. Ahora que he
entendido que soy adicto, me solidarizo con mi madre", dijo refiriéndose a
su progenitora que tiene el mismo problema.
Superar la adicción a las drogas no es un camino fácil, pero el rapero
asegura que gran parte de su éxito en este duro trance se lo debe a sus hijas,
Hailie Jade, su hija biológica, y a Alainey y Whitney, que son adoptadas. Otro
de los puntos en los que se apoyó para superar su adicción fue el deporte. En
una entrevista con la revista Men’s Journal, Emiem
confesó que tras salir de rehabilitación necesitaba perder peso y encontrar la
manera de mantenerse sobrio y no caer de nuevo en la tentación. “Tenía
problemas para dormir, entonces empecé a correr. Eso me daba un chute natural
de endorfinas que me ayudaba a descansar durante la noche”. Y este
descubrimiento fue lo que le salvó: “Es fácil entender cómo la gente cambia una
adicción por el ejercicio. Es como cambiar una adicción por otra, pero por una
que es buena para ellos”, aseguró en esta misma entrevista.
El País 23 abril 2018
Marina Candelario
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